En general se acude a consulta individual cuando uno siente que en su vida diaria se mueve de manera disfuncional y debilitante, nos hacemos conscientes porque pasamos por una situación concreta de crisis y/o porque aparecen síntomas:
Sentimientos de aislamiento, tristeza, apatía, vacío, falta de motivación, angustia, estados de ánimo depresivos y ansiosos.
Duelos por separaciones, divorcios, pérdidas (de seres queridos, laborales, económicas), cambios vitales…
Falta de disfrute de la sexualidad por miedos, inseguridades, aceptación de identidad, cambios fisiológicos, falta de deseo…
Trastornos psicofisiológicos como migrañas, fibromialgia, pérdida de apetito…
Dificultades en las Relaciones por irritabilidad, impulsividad, dependencia emocional, culpabilidad, falta de habilidades sociales, baja autoestima…
Abuso y/o dependencia de sustancias tóxicas: alcohol, tabaco, cannabis, cocaína, opiáceos, psicofármacos…
También se puede acudir sin ninguna sintomatología, simplemente porque se quiera fortalecer las potencialidades que redunden en una mejora de la calidad de vida, lo que se llama psicología del bienestar, con el objetivo de desarrollar:
- Pensamientos más saludables.
- Relaciones afectivas más plenas.
- Conductas más adaptativas.
- Afrontamiento saludable en situaciones vitales complejas.
- Análisis más profundo de las propias vivencias.
- Comprensión y aceptación de las emociones y motivaciones.
- Preparación / acompañamiento de la enfermedad crónica y la muerte.
